El pollo es uno de los principales productos de nuestra mesa.
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Es la combinación perfecta de bajo precio y cientos de formas de cocinarlo. Sin embargo, algunas partes del pollo están llenas de parásitos que pueden causar daños importantes al organismo.
Pulmones de pollo. Los pulmones de pollo albergan colonias de bacterias y parásitos, ¡algunos de los cuales no mueren ni siquiera a altas temperaturas! Estas bacterias suponen un peligro oculto y pueden causar muchos problemas si las ingiere el ser humano. Procure no comer nunca pulmones de pollo en ninguna de sus formas.
La oca (cola de pollo) es la parte trasera del pollo. Muchos cocineros aprecian esta parte del pollo porque se considera la más gruesa. Pero poca gente sabe que hay muchos parásitos en la oca. Y por mucho que le apetezca este manjar, absténgase de comerlo si no quiere dañar seriamente su organismo.
Cabeza de pollo. A lo largo de su vida, la mayoría de las sustancias nocivas que come un pollo pueden acumularse en su cabeza. Por supuesto, comer unas pocas cabezas puede no hacer mucho daño, pero si comes cabezas de pollo en exceso y con demasiada frecuencia, con el tiempo estas sustancias pueden acumularse en tu cuerpo y causar muchos problemas e incluso enfermedades.